jueves, 25 de marzo de 2010

COTORRA ARGENTINA


Esta fotografía esta hecha en el jardin de José Trueta Pueblo Nuevo Barcelona.
El largo vuelo de la cotorra argentina hasta Cataluña
Vinieron a la ciudad hace más de tres décadas y lo hicieron para quedarse. Los primeros ejemplares de 'Myiopsitta monachus' o cotorra argentina se detectaron en Barcelona en 1975. Al año siguiente se contabilizaban 850 y en 2007 se han convertido ya en toda una colonia. Esta especie, originaria del norte de Argentina y de otros países andinos, ha conseguido colarse en parques, jardines y bosques de Barcelona.
Su color verde, su vientre gris, el curioso sonido que emiten y los voluminosos nidos que construyen se han convertido ya en una estampa habitual en el paisaje urbano de algunas zonas de la ciudad. En la actualidad se estima que hay cerca de 2.000 ejemplares en la Ciudad Condal y medio millar más en colonias repartidas por la geografía catalana.
Su condición de plaga en Argentina y otros lugares de Iberoamérica fue precisamente la causa de que este animal volara hasta Barcelona. La superpoblación lo convertía en una mascota de precio reducido, asequible para la mayoría de bolsillos. Mientras un loro puede costar en la actualidad entre 600 y 1.000 euros, el precio de la cotorra gris oscila en torno a los 20. Así, el ave originaria de la Pampa se consolida como alternativa económica a otros animales exóticos para los amantes de las mascotas.
En la década de los setenta empezaron a llegar a los hogares barceloneses. Sin embargo, su vida entre rejas se antojaba corta: su comportamiento como animal doméstico dista de ser ejemplar (parlotea en exceso, es arisca y puede llegar a arremeter con su pico), a la vez que dispone de gran habilidad para fugarse de las jaulas. Estos dos factores provocaron que muchos de los animales se escaparan de las casas o fueran puestos en libertad, y que acabaran estableciéndose en las palmeras de Barcelona.
Un peligro potencial
Los expertos exponen que una de las mayores amenazas para la biodiversidad es la presencia de animales exóticos en entornos no habituales. Las consecuencias, generalmente infaustas, han sido en este caso moderadas. 'En Latinoamérica son una plaga. Aquí debe tenerse en cuenta que son una especie exótica e invasora', explica el biólogo Joan Carles Senar, jefe de investigación del Museo Zoológico de Barcelona y uno de los expertos que lleva más tiempo detrás de este ave. 'Son un peligro porque aquí no tienen enemigos naturales, por lo que su población se dispara. El crecimiento de individuos es exponencial. Además, arremeten contra los cultivos', alerta Senar.
No transmite enfermedades
Sin embargo, la cotorra de pecho gris o argentina no se caracteriza por su hostilidad con el resto de animales ni por transmitir enfermedades a las personas, por lo que los responsables de salud pública del Ayuntamiento barcelonés no lo consideran un problema prioritario. Pese a ello, su presencia provoca otros quebraderos de cabeza. Molestias a algunos vecinos por el ruido que producen, desperfectos en las palmeras o daños en la agricultura, son algunos de los efectos de su quehacer diario.
Hay que tener en cuenta que un nido mide entre uno y dos metros, pesa unos 50 kilos y se necesitan 20.000 ramitas verdes para construirlo. Puede contener hasta 30 estancias en el interior. Literalmente, arrasan algunos árboles al construirlos', dice el jefe de investigación del Museo Zoológico de Barcelona.

1 comentario:

  1. en argentina no son plaga de hecho las cotorras están protegidas y se impide su comercialización

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